Iba a escribir esto en el post del doblaje, pero creo que es mejor abordarlo por separado para evitar que se le de una connotación que no tiene.
Se habla muchas veces de las diferencias entre la actuación de cine y teatro, que sí la voz debe proyectrase o no, que si la sobreactuación, que si el contacto con el público... todo muy bien y seguramente muy cierto, aunque no es ese el tema ahora mismo.
Hay un afirmación que sale a veces y a la que no se suele hacer mucho caso. La afirmación, que puede enunciarse de muchas maneras, viene a decir esto:
"En teatro se actúa para el público, en cine, para el director"
El aspecto inocente de la frase hace que a menudo se la considere una forma retórica más de pedir contención en la atuación cinematográfica, pero su última y diabólica dimensión sólo se descubre con el primer papel un poco importante.
El día del estreno, el incauto actor se sienta en su butaca y espera a que llegue aquella escena que trabajó tanto y en que consiguió bordar el personaje, con todos y cada uno de sus matices... es verdad que la ha sorprendido que aquella pequeña escena que ayudaba a dar sentido a la grande haya desaparecido, pero aún así está seguro de que va a dar la campanada...
La escena comienza y el corazón le da un vuelco...¿eh? ¿qué pasa? ¿qué hace esa música ahí? ¿pero no ven que ese no es el sentido de la escena? ¿Quién va a notar ahora el matiz levemente irónico de la tercera contestación en medio de ese maremagnum de melodrama musical? espera, ¿dónde está la tercera contestación? ¡Mi mejor frase a paseo! ¡Maldita sea! ¿Y eso?¿no tenían otro plano? Ese estaba en una de las primeras tomas, antes que cambiáramos todo el sentido a la escena... estaba desechada... ¡Dios mío, al menos habrán dejado mi discurso! Con el corazón encogido observa la contestación de la chica, la que le da el pie... entonces en la pantalla, ve su cara en primer plano y escucha su voz lanzada a tumba abierta a recitar el texto más importante de su vida... aguanta dos frases más el plano, por favor... pero no, su voz sigue allí pero ahora la pantalla la ocupa la cara de cordero degollado de la actriz en lo que se supone que es la reacción a lo que le dicen... ¡golfa! Es verdad lo que decían de que te tirabas al director, ¿verdad? Pero a ver cómo soluciona el truño de respuesta que hiciste, tendrán que sacar mi reacción... ¿eh? ¿Dónde está la respuesta?
Con la sangre golpeándole las sienes, ve empezar otra escena con otros personajes...
Al acabar la película, mientras todos le felicitan por su actuación, algunos le preguntan por qué no sonríe más ampliamente... "los nervios", oye decir, "te dejan grogi, le pasa a todo el mundo". Por fin alguien se le acerca, alguien a quien no conoce y que le sonríe comprensivo. "Soy el montador, sé como te sientes. Quiero que sepas que tu material era muy bueno y que si hubiéramos encontrado alguna forma de mantenerlo lo hubieramos hecho, pero no la hemos encotrado. No es culpa tuya, es el ritmo de la película"
En cine, actúas para el director, es decir, le das material para que lo use como convenga.
un saludo.
Se habla muchas veces de las diferencias entre la actuación de cine y teatro, que sí la voz debe proyectrase o no, que si la sobreactuación, que si el contacto con el público... todo muy bien y seguramente muy cierto, aunque no es ese el tema ahora mismo.
Hay un afirmación que sale a veces y a la que no se suele hacer mucho caso. La afirmación, que puede enunciarse de muchas maneras, viene a decir esto:
"En teatro se actúa para el público, en cine, para el director"
El aspecto inocente de la frase hace que a menudo se la considere una forma retórica más de pedir contención en la atuación cinematográfica, pero su última y diabólica dimensión sólo se descubre con el primer papel un poco importante.
El día del estreno, el incauto actor se sienta en su butaca y espera a que llegue aquella escena que trabajó tanto y en que consiguió bordar el personaje, con todos y cada uno de sus matices... es verdad que la ha sorprendido que aquella pequeña escena que ayudaba a dar sentido a la grande haya desaparecido, pero aún así está seguro de que va a dar la campanada...
La escena comienza y el corazón le da un vuelco...¿eh? ¿qué pasa? ¿qué hace esa música ahí? ¿pero no ven que ese no es el sentido de la escena? ¿Quién va a notar ahora el matiz levemente irónico de la tercera contestación en medio de ese maremagnum de melodrama musical? espera, ¿dónde está la tercera contestación? ¡Mi mejor frase a paseo! ¡Maldita sea! ¿Y eso?¿no tenían otro plano? Ese estaba en una de las primeras tomas, antes que cambiáramos todo el sentido a la escena... estaba desechada... ¡Dios mío, al menos habrán dejado mi discurso! Con el corazón encogido observa la contestación de la chica, la que le da el pie... entonces en la pantalla, ve su cara en primer plano y escucha su voz lanzada a tumba abierta a recitar el texto más importante de su vida... aguanta dos frases más el plano, por favor... pero no, su voz sigue allí pero ahora la pantalla la ocupa la cara de cordero degollado de la actriz en lo que se supone que es la reacción a lo que le dicen... ¡golfa! Es verdad lo que decían de que te tirabas al director, ¿verdad? Pero a ver cómo soluciona el truño de respuesta que hiciste, tendrán que sacar mi reacción... ¿eh? ¿Dónde está la respuesta?
Con la sangre golpeándole las sienes, ve empezar otra escena con otros personajes...
Al acabar la película, mientras todos le felicitan por su actuación, algunos le preguntan por qué no sonríe más ampliamente... "los nervios", oye decir, "te dejan grogi, le pasa a todo el mundo". Por fin alguien se le acerca, alguien a quien no conoce y que le sonríe comprensivo. "Soy el montador, sé como te sientes. Quiero que sepas que tu material era muy bueno y que si hubiéramos encontrado alguna forma de mantenerlo lo hubieramos hecho, pero no la hemos encotrado. No es culpa tuya, es el ritmo de la película"
En cine, actúas para el director, es decir, le das material para que lo use como convenga.
un saludo.
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