La vida nos ofrece varios maestros para varias asignaturas, tanto en el campo académico, como en el vital, o en el espiritual, etc.
Algunos de ellos son buenos, otros regulares, otros pasan sin pena ni gloria, pero algunos acaban resultando sencillamente nefastos.
Lo peor de todo eso es que la mayoría de veces se precisa que pase bastante tiempo hasta ser conscientes de lo verdaderamente aprendido. O desaprendido.
Las escuelas de arte dramático de este pais, o al menos algunas de las que conozco en Madrid más el gran número de las que me han hablado tienden más a menudo de lo deseable y de forma peligrosa a crear ciertos traumas y más que a formar a sus alumnos a provocarles un sinfín de inseguridades, por supuesto bajo previo asalto a sus bolsillos y cuentas corrientes.
Nada que nos asombre tampoco nos asombre tanto en este pais de pandereta y tunantes (¿esa palabra proviene de Tuna?).
El mayor daño que provocan tales docentes suele ser el mal uso de las palabras, de las definiciones, y por consiguiente de los mensajes implícitos en tales expresiones. Alguna veces lo hacen por ignorancia, y otras por simple y pura mala leche.
Pero el mayor problema es que nosotros mismos también aprendemos por inercia a usar esas palabras de forma tan inconsciente que no llegamos a darnos cuenta de lo dañinas que resultan. Y os aseguro que nos van minando poco a poco.
Ejemplos:
Crítica, Autocrítica: Suele ser una de las preferidas en las escuelas de interpretación. Te convencen de que es necesario ser autocrítico para darse cuenta de lo que uno hace incorrectamente o directamente mal para así presuntamente cambiarlo.
El problema está en que uno pasa a convertir la autocrítica en una busqueda incesable y limítada sólo a las cosas mal hechas, obviando poco a poco y casi por completo las cualidades positivas (que sin lugar a dudas todos poseemos), y eso ocurre por el simple hecho de que el vocablo "crítica" conlleva una gran carga peyorativa casi imposible de esquivar.
La alternativa a eso sería tan simple como no usar nunca (o lo menos posible) esa expresión, cambiándola por una que ofreciéndo la misma idea resulta mucho más positiva, constructiva y alentadora: Valoración o Autovaloración.
Otra palabra excesivamente usada e igualmente destructiva: Machacar.
Cuantas veces no nos habremos escuchado decirnos a nosotros mismos algo así como -hoy voy a ir al gimnasio a machacarme un poco, que estoy engordando mucho- o -necesito machacarme un poco los sesos para entender a este personaje-.
Vaya. Con ese pensamiento no me extraña que uno esté ya reventado de cansancio incluso antes de irse al gimnasio.
¿No sería mejor cambiar lo de "machacar" por algo así como: Divertirse?
-Me voy al gimnasio a divertirme mientras pierdo algo de peso- Sin duda alguna así apetecería bastante más, y seguro que se aprovecharía mejor el tiempo.
Así se podría seguir hasta casi el infinito, pero es muy tarde y el ladrillo ya es suficientemente largo.
Creo que si aprendieramos a cambiar muchas de esas expresiones que acostumbramos a usar sacariamos mucho más provecho a todas esas aptitudes y potencial que todos por pura natura tenemos y que en este oficio además tanto necesitamos cuidar.
______________
castings castings castings
Algunos de ellos son buenos, otros regulares, otros pasan sin pena ni gloria, pero algunos acaban resultando sencillamente nefastos.
Lo peor de todo eso es que la mayoría de veces se precisa que pase bastante tiempo hasta ser conscientes de lo verdaderamente aprendido. O desaprendido.
Las escuelas de arte dramático de este pais, o al menos algunas de las que conozco en Madrid más el gran número de las que me han hablado tienden más a menudo de lo deseable y de forma peligrosa a crear ciertos traumas y más que a formar a sus alumnos a provocarles un sinfín de inseguridades, por supuesto bajo previo asalto a sus bolsillos y cuentas corrientes.
Nada que nos asombre tampoco nos asombre tanto en este pais de pandereta y tunantes (¿esa palabra proviene de Tuna?).
El mayor daño que provocan tales docentes suele ser el mal uso de las palabras, de las definiciones, y por consiguiente de los mensajes implícitos en tales expresiones. Alguna veces lo hacen por ignorancia, y otras por simple y pura mala leche.
Pero el mayor problema es que nosotros mismos también aprendemos por inercia a usar esas palabras de forma tan inconsciente que no llegamos a darnos cuenta de lo dañinas que resultan. Y os aseguro que nos van minando poco a poco.
Ejemplos:
Crítica, Autocrítica: Suele ser una de las preferidas en las escuelas de interpretación. Te convencen de que es necesario ser autocrítico para darse cuenta de lo que uno hace incorrectamente o directamente mal para así presuntamente cambiarlo.
El problema está en que uno pasa a convertir la autocrítica en una busqueda incesable y limítada sólo a las cosas mal hechas, obviando poco a poco y casi por completo las cualidades positivas (que sin lugar a dudas todos poseemos), y eso ocurre por el simple hecho de que el vocablo "crítica" conlleva una gran carga peyorativa casi imposible de esquivar.
La alternativa a eso sería tan simple como no usar nunca (o lo menos posible) esa expresión, cambiándola por una que ofreciéndo la misma idea resulta mucho más positiva, constructiva y alentadora: Valoración o Autovaloración.
Otra palabra excesivamente usada e igualmente destructiva: Machacar.
Cuantas veces no nos habremos escuchado decirnos a nosotros mismos algo así como -hoy voy a ir al gimnasio a machacarme un poco, que estoy engordando mucho- o -necesito machacarme un poco los sesos para entender a este personaje-.
Vaya. Con ese pensamiento no me extraña que uno esté ya reventado de cansancio incluso antes de irse al gimnasio.
¿No sería mejor cambiar lo de "machacar" por algo así como: Divertirse?
-Me voy al gimnasio a divertirme mientras pierdo algo de peso- Sin duda alguna así apetecería bastante más, y seguro que se aprovecharía mejor el tiempo.
Así se podría seguir hasta casi el infinito, pero es muy tarde y el ladrillo ya es suficientemente largo.
Creo que si aprendieramos a cambiar muchas de esas expresiones que acostumbramos a usar sacariamos mucho más provecho a todas esas aptitudes y potencial que todos por pura natura tenemos y que en este oficio además tanto necesitamos cuidar.
______________
castings castings castings
Comentario