Estudié en Cristina Rota. De eso hará unos seis años. Me refiero a que ese es el tiempo más o menos que ha pasado desde que acabé en esa escuela. Como la mayoría de alumnos que pasan por allí y que no se conforman solamente con las asignaturas, participé con cierta asiduidad en la "Katarsis del tomatazo", un espectáculo de la escuela para poner en práctica tus dotes.
Pues bien, en mi promoción y como compañeros de clase estaban gente como Ana Morgade (Buenafuente), Marta Hazas (Bandolera), Alex Gadea (El secreto de Puente Viejo), Carmen Ruiz (Yo soy Bea...), Raul Arévalo (El camino de los ingleses...), Canco Rodríguez (Aida), Pablo Rivero (Cuéntame como paso), Vanexxa, entre otros que ahora no recuerdo. Con algunos tuve más relación (incluso buena amistad) que con otros, pero con todos compartí muchas horas y trabajos.
Llevo poco más de dos años viéndolos aparecer en series, etc. Admito que cada vez que he visto a uno de ellos consiguiendo un papel importante me han asaltado pensamientos y sensaciones contradictorias. Alegría en algunos casos, sorpresa en casi todos y, principalmente, envidia en la gran mayoría. Podría eludir reconocer esto último, pero sería poco honesto conmigo mismo.
Una cosa si quiero decir, dejando de lado la pelusa que me provocan sus éxitos: muchos de ellos, en la escuela, no pasaban de estar entre los mediocres, y sigo opinando lo mismo. Pero ellos están trabajando y yo no. Eso es lo que más me confunde y derrumba. Por qué unos tienen más suerte que otros? Y digo "suerte" porque es evidente, para mi que los conozco bastante bien, que no tiene nada que ver con el "talento". Nada.
A veces, me paro a pensar porqué yo no he conseguido recorrer la misma distancia que ellos en el mismo tiempo. Me planteo si no será porque yo tengo aun menos talento que alguno de ellos, y llego a varias conclusiones que, de momento, me reservo. Lo que me queda claro es que, señores, no importa ser buen o mal actor, ir a una o mil escuelas, hacer bolos en pueblos o ir de artista bohemio; aquí lo que importa son tres cosas: Tener pasta (o en su defecto, mucho tiempo libre), tener suerte y, muy importante, poseer ciertas "habilidades" extra (que nada tienen que ver con lo artístico).
Pues bien, en mi promoción y como compañeros de clase estaban gente como Ana Morgade (Buenafuente), Marta Hazas (Bandolera), Alex Gadea (El secreto de Puente Viejo), Carmen Ruiz (Yo soy Bea...), Raul Arévalo (El camino de los ingleses...), Canco Rodríguez (Aida), Pablo Rivero (Cuéntame como paso), Vanexxa, entre otros que ahora no recuerdo. Con algunos tuve más relación (incluso buena amistad) que con otros, pero con todos compartí muchas horas y trabajos.
Llevo poco más de dos años viéndolos aparecer en series, etc. Admito que cada vez que he visto a uno de ellos consiguiendo un papel importante me han asaltado pensamientos y sensaciones contradictorias. Alegría en algunos casos, sorpresa en casi todos y, principalmente, envidia en la gran mayoría. Podría eludir reconocer esto último, pero sería poco honesto conmigo mismo.
Una cosa si quiero decir, dejando de lado la pelusa que me provocan sus éxitos: muchos de ellos, en la escuela, no pasaban de estar entre los mediocres, y sigo opinando lo mismo. Pero ellos están trabajando y yo no. Eso es lo que más me confunde y derrumba. Por qué unos tienen más suerte que otros? Y digo "suerte" porque es evidente, para mi que los conozco bastante bien, que no tiene nada que ver con el "talento". Nada.
A veces, me paro a pensar porqué yo no he conseguido recorrer la misma distancia que ellos en el mismo tiempo. Me planteo si no será porque yo tengo aun menos talento que alguno de ellos, y llego a varias conclusiones que, de momento, me reservo. Lo que me queda claro es que, señores, no importa ser buen o mal actor, ir a una o mil escuelas, hacer bolos en pueblos o ir de artista bohemio; aquí lo que importa son tres cosas: Tener pasta (o en su defecto, mucho tiempo libre), tener suerte y, muy importante, poseer ciertas "habilidades" extra (que nada tienen que ver con lo artístico).
Comentario