LA VOZ, UN ARTÍCULO...DE PRIMERA NECESIDAD.
Es muy molesto cuando alguien se sube a un escenario y no se le escucha o no se le entiende, pues el teatro se hizo para ser visto y oído. Como actores (sea profesional o amateur) tenemos la obligación de conocer que posibilidades poseemos en lo que se refiere a nuestra voz (timbre, tono e intensidad). Esto nos permitirá enriquecer y adornar de mejor manera a nuestros personajes.
Para que la voz sea un instrumento dúctil, capaz de transmitir con máxima eficacia las ideas y sentimientos contenidos en el texto es necesario que sea: suficiente, clara y expresiva. Estas tres cualidades son la base de una voz educada y se pueden desarrollar con práctica y disciplina.
Suficiente : En su alcance y resistencia. La base es una buena respiración estudiaremos a grandes rasgos la columna de aire y el apoyo diafragmático, realizando ejercicios para liberar cualquier tensión que pueda lastimar las cuerdas vocales. La suficiencia de la voz se pude incrementar con una buena rutina de ejercicios y practica constantes.
Clara : En su pronunciación. Nos referimos a que el actor debe tener lo que se llama buena dicción, es decir que se entienda claramente lo que dice. Algunas personas tenemos un error constante o vicio en la pronunciación de ciertas palabras o letras que hemos repetido a lo largo de nuestra vida, este tipo de errores en el escenario son muy notorios y distraen al espectador. Es necesario y es posible erradicarlos, la mayoría de las veces el actor sólo tiene que tomar conciencia de ello. Realizaremos diversos ejercicios de dicción que nos ayudarán a corregir nuestra pronunciación si es mala y a mejorarla si no lo es.
Expresiva : En sus entonaciones, intensidades ritmos y timbres. Estamos tan acostumbrados a los actores de televisión que pensamos que una buena expresión vocal se limita a repetir sin intención lo que el apuntador nos va dictando y sumado a eso por lo general tenemos malos hábitos de lectura, por esto cuando leemos o decimos un texto en teatro nos cuesta tanto trabajo llenarlo de una emoción sincera que en vez de disfrutarlo lo sufrimos. Estudiaremos las bases de una buena lectura y las inflexiones de la voz.
Saludos.
Jose María.
Es muy molesto cuando alguien se sube a un escenario y no se le escucha o no se le entiende, pues el teatro se hizo para ser visto y oído. Como actores (sea profesional o amateur) tenemos la obligación de conocer que posibilidades poseemos en lo que se refiere a nuestra voz (timbre, tono e intensidad). Esto nos permitirá enriquecer y adornar de mejor manera a nuestros personajes.
Para que la voz sea un instrumento dúctil, capaz de transmitir con máxima eficacia las ideas y sentimientos contenidos en el texto es necesario que sea: suficiente, clara y expresiva. Estas tres cualidades son la base de una voz educada y se pueden desarrollar con práctica y disciplina.
Suficiente : En su alcance y resistencia. La base es una buena respiración estudiaremos a grandes rasgos la columna de aire y el apoyo diafragmático, realizando ejercicios para liberar cualquier tensión que pueda lastimar las cuerdas vocales. La suficiencia de la voz se pude incrementar con una buena rutina de ejercicios y practica constantes.
Clara : En su pronunciación. Nos referimos a que el actor debe tener lo que se llama buena dicción, es decir que se entienda claramente lo que dice. Algunas personas tenemos un error constante o vicio en la pronunciación de ciertas palabras o letras que hemos repetido a lo largo de nuestra vida, este tipo de errores en el escenario son muy notorios y distraen al espectador. Es necesario y es posible erradicarlos, la mayoría de las veces el actor sólo tiene que tomar conciencia de ello. Realizaremos diversos ejercicios de dicción que nos ayudarán a corregir nuestra pronunciación si es mala y a mejorarla si no lo es.
Expresiva : En sus entonaciones, intensidades ritmos y timbres. Estamos tan acostumbrados a los actores de televisión que pensamos que una buena expresión vocal se limita a repetir sin intención lo que el apuntador nos va dictando y sumado a eso por lo general tenemos malos hábitos de lectura, por esto cuando leemos o decimos un texto en teatro nos cuesta tanto trabajo llenarlo de una emoción sincera que en vez de disfrutarlo lo sufrimos. Estudiaremos las bases de una buena lectura y las inflexiones de la voz.
Saludos.
Jose María.
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