Tan acostumbrados estamos a escuchar y decir que el cine español es malo que tengo la impresión de que se ha perdido toda perspectiva real de nuestro cine, que ha pasado por distintas épocas incomparables entre si. Algo que parece obviar todo el mundo, con toda certeza, por puro desconocimiento.
Antes de las películas de Paco Martínez Soria, antes de las de Ozores, antes del penoso landismo, el cine español tenía unas comedias comerciales envidiables. Se hicieron películas muy entretenidas, divertidas, muchas que aún hoy (y sobre todo hoy) podemos tildar de excelentes. Suelen ser pelis que nunca echan en televisión porque son en blanco y negro.
Sin contar las de Berlanga, que es un indiscutible maestro y enorme director, entre 1950 y 1965 se hicieron comedias bastante interesantes, mucho mejores que las de los siguientes 15 o 20 años, con espléndidos actores (compárese a Jose Luis Ozores en Recluta con niño con su remake en 1970 Cateto a babor). Actores como Jose Isbert, Manolo Morán, Julia Caba Alba, el mencionado Jose Luis Ozores, Antonio Riquelme, Antonio Garisa, Matilde Muñoz Sampedro, Cassen, a parte de Manuel Alexandre o Fernán Gomez.
En mi opinión, la más que conocida La ciudad no es para mi con Paco Martinez Soria, en 1965 o 1966, marca el final del buen cine de comedia que se llevaba haciendo durante varias décadas en España.
Adivino que muchos desconocerán todo este cine y de seguro a la mayor parte de actores de aquella época, de los que se puede aprender lo que no hay escrito.
Algunas de esas películas más recomendables podrían ser:
La vida en un hilo (1945)
Un auténtico peliculón dirigido por Edgar Neville. El cine español hizo un remake en los 90 con Antonio Banderas llamado Una mujer bajo la lluvia y el cine americano copió el argumento en una peli protagonizada por Gwyneth Paltrow, Dos vidas en un instante.
Maribel y la extraña familia (1960)
Una adaptación de la comedia de Miguel Mihura dirigida por Jose Maria Forqué. Demasiado teatral pero muy divertida y con un estupendo reparto. La mejicana Silvia Pinal se sale haciendo de ramera.
Los ladrones somos gente honrada (1956)
Segunda versión de la obra de Enrique Jardiel Poncela que Vicente Escrivá (productor y guionista) adaptó libremente intentando que el resultado fuese menos teatral. Lo consiguió en parte. Es irregular pero tiene momentos bestialmente cómicos e Isbert y Ozores forman una pareja irrepetible.
Atraco a las tres (1962)
Otra de Jose María Forqué y una de las más divertidas. El productor y guionista Pedro Masó se inspiró en la italiana Rufufú para hacer esta comedia de atracos, y ambos hicieron la que puede ser su mejor película. Existe un verdadero sacrilegio titulado Atraco a las tres... y media con la esperpéntica Elsa Pataky que tuvo infructuosas pretensiones de parecer una secuela.
Historias de la radio (1955)
Escrita y dirigida por Jose Luis Sáenz de Heredia, un cineasta que ha hecho de todo, entre otras cosas dirigir Raza. Esta es sin dudas su mejor película. Son varias historias que tienen la radio como telón de fondo y tiene algún momento muy emotivo. Es famosa por tener el episodio del ladrón que es idéntico a uno que se le ocurrió a Woody Allen años después en una de sus cintas.
Antes de las películas de Paco Martínez Soria, antes de las de Ozores, antes del penoso landismo, el cine español tenía unas comedias comerciales envidiables. Se hicieron películas muy entretenidas, divertidas, muchas que aún hoy (y sobre todo hoy) podemos tildar de excelentes. Suelen ser pelis que nunca echan en televisión porque son en blanco y negro.
Sin contar las de Berlanga, que es un indiscutible maestro y enorme director, entre 1950 y 1965 se hicieron comedias bastante interesantes, mucho mejores que las de los siguientes 15 o 20 años, con espléndidos actores (compárese a Jose Luis Ozores en Recluta con niño con su remake en 1970 Cateto a babor). Actores como Jose Isbert, Manolo Morán, Julia Caba Alba, el mencionado Jose Luis Ozores, Antonio Riquelme, Antonio Garisa, Matilde Muñoz Sampedro, Cassen, a parte de Manuel Alexandre o Fernán Gomez.
En mi opinión, la más que conocida La ciudad no es para mi con Paco Martinez Soria, en 1965 o 1966, marca el final del buen cine de comedia que se llevaba haciendo durante varias décadas en España.
Adivino que muchos desconocerán todo este cine y de seguro a la mayor parte de actores de aquella época, de los que se puede aprender lo que no hay escrito.
Algunas de esas películas más recomendables podrían ser:
La vida en un hilo (1945)
Un auténtico peliculón dirigido por Edgar Neville. El cine español hizo un remake en los 90 con Antonio Banderas llamado Una mujer bajo la lluvia y el cine americano copió el argumento en una peli protagonizada por Gwyneth Paltrow, Dos vidas en un instante.
Maribel y la extraña familia (1960)
Una adaptación de la comedia de Miguel Mihura dirigida por Jose Maria Forqué. Demasiado teatral pero muy divertida y con un estupendo reparto. La mejicana Silvia Pinal se sale haciendo de ramera.
Los ladrones somos gente honrada (1956)
Segunda versión de la obra de Enrique Jardiel Poncela que Vicente Escrivá (productor y guionista) adaptó libremente intentando que el resultado fuese menos teatral. Lo consiguió en parte. Es irregular pero tiene momentos bestialmente cómicos e Isbert y Ozores forman una pareja irrepetible.
Atraco a las tres (1962)
Otra de Jose María Forqué y una de las más divertidas. El productor y guionista Pedro Masó se inspiró en la italiana Rufufú para hacer esta comedia de atracos, y ambos hicieron la que puede ser su mejor película. Existe un verdadero sacrilegio titulado Atraco a las tres... y media con la esperpéntica Elsa Pataky que tuvo infructuosas pretensiones de parecer una secuela.
Historias de la radio (1955)
Escrita y dirigida por Jose Luis Sáenz de Heredia, un cineasta que ha hecho de todo, entre otras cosas dirigir Raza. Esta es sin dudas su mejor película. Son varias historias que tienen la radio como telón de fondo y tiene algún momento muy emotivo. Es famosa por tener el episodio del ladrón que es idéntico a uno que se le ocurrió a Woody Allen años después en una de sus cintas.
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